YA CONSEGUÍ ALGUNAS PAUTAS PARA QUE NO SEA TAN COMPLICADO, PERO BUSCANDO INFORMACIÓN .
ENCONTRÉ ESTE ARTICULO DE JUAN JOSE CARBALLO,PSIQUIATRA INFANTIL, QUE ME PARECIÓ INTERESANTE Y POR ELLO LO COMPARTO CON VOSOTRAS.
Las dificultades en la ingesta alimentaria de los niños son problemas frecuentes en las consultas de pediatría y psiquiatría infantil, por lo preocupante que resulta a los padres ver que sus hijos "no comen bien".
La introducción de nuevos alimentos supone un reto para todos los niños. A pesar de que la gran mayoría lleva a cabo esta tarea tras un tiempo de adaptación, en una proporción de casos persiste una negativa a ingerir determinados alimentos, a pesar de los esfuerzos de los padres. En muchos casos, los padres y cuidadores desarrollan autenticas 'técnicas de camuflaje' para conseguir que los niños ingieran alimentos óptimos para su adecuado desarrollo.
Los niños se quejan de la textura del nuevo alimento, de dificultades al tragarlo o de que les produce náuseas. Si no hay evidencia de alergia alimentaria ni otra alteración médica, es importante que los niños presenten una adaptación progresiva y paulatina a una alimentación lo más variada y completa posible. Con la supervisión de su pediatra, no importaría si en este proceso de introducción de alimentos hubiera comidas que no realiza adecuadamente puesto que el objetivo es conseguir un hábito y una rutina estable en el tiempo y no que coma todo a toda costa.
En el caso de su hijo, afortunadamente su rechazo a comer no ha tenido repercusión en su desarrollo físico y no se ven afectados la talla ni el peso, al tiempo que presenta un buen funcionamiento en otras áreas de su vida. Sin embargo, sí aparecen en su hijo conductas de rechazo a la ingesta en algunas ocasiones en el horario determinado para ello. Este 'saltarse las comidas' y el hecho de que durante las comidas usted se encuentre que 'explota de los nervios', suponen dos dificultades que requieren intervenciones específicas.
Es recomendable que los horarios y los tiempos establecidos de las comidas sean respetados. Si el pediatra no objetiva problemas con el estado físico de su hijo, fuera de ese tiempo y aunque el niño no haya comido adecuadamente, se dará por finalizada la comida sin reproches ni castigos. No se dará más comida ni se permitirán 'picoteos' hasta la siguiente comida establecida.
Para facilitar este aprendizaje, la hora de la comida ha de ser un tiempo agradable y ha de evitarse que sea 'la hora de la batalla'.
Para fortalecer la autonomía de su hijo, se puede diseñar un sistema que premie el cumplimiento tanto del tiempo dispuesto para las comidas como de la adecuada ingesta alimentaria. Las claves del éxito son la paciencia y consistencia por parte de los padres en el tiempo y el establecimiento adecuado de elogios y premios. Además, es importante evitar los potenciales factores de distracción (televisión, juguetes) y ofrecerlos una vez conseguida su 'tarea', al tiempo que siempre se elogien sus pequeños logros.
Por otro lado, las discusiones a la hora de la comida o las largas explicaciones, pueden fomentar lo que se denomina 'atención negativa'. Esto es, que el hijo esté disfrutando de la atención plena de los padres, pero por una conducta negativa. Dado que para los niños pequeños la atención especial de los padres es un premio en sí mismo (independientemente del contenido de la conversación que se mantenga con el niño), paradójicamente se estaría premiando una conducta negativa con la recompensa que se debería reservar para las conductas positivas.
El objetivo sería pues el desarrollo de la 'atención positiva', que consistiría en que el niño fuera premiado con la atención de los padres tras la consecución de una conducta positiva previamente acordada y conocida por el niño.
Si sus esfuerzos para resolver las dificultades que encuentra en el manejo de los tiempos de las comidas y el rechazo de su hijo a ciertos alimentos no mejoran con el tiempo, le recomiendo que contacte con profesionales especializados en psicología o psiquiatría infantil de su zona para poder valorar y trabajar con ellos la reeducación de los hábitos de alimentación.
Juan José Carballo
Psiquiatra infantil y de la adolescencia de la Fundación Hospital Jiménez Díaz de Madrid,
Psiquiatra infantil y de la adolescencia de la Fundación Hospital Jiménez Díaz de Madrid,